Leonardo da Vinci nació en la República de Florencia en 1452, hijo ilegítimo de un notario y una campesina. Desde muy pequeño demostró una extraordinaria habilidad para el dibujo, el arte y la observación científica de la naturaleza y los seres vivos.
A los 15 años comenzó su formación artística bajo la tutela del reconocido pintor y escultor Andrea del Verrocchio. El talento de Leonardo pronto superó al de su propio maestro, como lo evidencia el hecho de que al ver un dibujo de un ángel que Leonardo creó, Verrocchio juró no volver a pintar por sentirse inferior.
Ya desde esa época temprana Leonardo no se limitaba solo a las bellas artes, sino que sentía una curiosidad infinita por todos los fenómenos naturales, desde el vuelo de las aves hasta el curso sinuoso de los ríos, desde la luminosidad de un amanecer hasta la compleja anatomía de los seres vivos. Estudiaba con meticulosidad la botánica, la geología, las matemáticas y cualquier área del conocimiento que saciara su sed de aprender.
Para cuando Cumplió 20 años, Leonardo fue aceptado en el prestigioso gremio de pintores de Florencia. En esa época creó algunas de sus primeras obras maestras, como «La Anunciación», «La Adoración de los Magos» y «El Bautismo de Cristo». Ya para entonces era mundialmente conocido como uno de los pintores más prometedores e innovadores de toda Italia.
Pero después de algunos años Leonardo dejó Florencia para mudarse a Milán, donde vivió por casi 20 años. Ahí entró al servicio del duque Ludovico Sforza como pintor y escenógrafo, si bien sus responsabilidades crecieron hasta ser nombrado ingeniero y arquitecto del duque. Durante este tiempo pintó obras tan emblemáticas como «La Dama del Armiño» y «La Última Cena».
A la par de sus creaciones artísticas, Leonardo produjo una increíble cantidad de bocetos e invenciones muy futuristas para la época, incluyendo prototipos de tanques, máquinas voladoras, submarinos, ingenios bélicos y todo tipo de artilugios que parecían imposibles en el siglo XV. También realizó diseños de edificios, canalizaciones, sistemas de transporte y hasta ciudades ideales. Era un creativo sin límites.
En sus años finales Leonardo regresó a su tierra natal como ingeniero militar de César Borgia y pintor independiente bajo el mecenazgo de los Medici. Retomó sus estudios anatómicos en los hospitales de Florencia, lo que le trajo problemas con las autoridades papales que prohibían la disección humana. Finalmente aceptó la invitación del Rey Francisco I para trasladarse a Francia, donde falleció en 1519 a la edad de 67 años.
Leonardo dejó un vasto legado de miles de páginas de bocetos y manuscritos sobre prácticamente cualquier tema: desde tratados sobre óptica, hidrodinámica y la composición de las rocas, hasta complejos estudios de anatomía, botánica, geología y fisiología animal y humana. Fue el epítome del espíritu curioso e ingenioso del Renacimiento. Ningún otro humano ha encarnado tan completamente la sed universal de conocimiento como Leonardo da Vinci.