El Ukiyo-e fue un importante movimiento artístico que surgió en Japón entre los siglos XVII y XIX, hace referencia a la representación de la vida cotidiana o efímera y buscaba plasmar la belleza fugaz de cada momento. Los principales exponentes del ukiyo-e fueron artistas grabadores como Hiroshige, Hokusai y Utamaro. Utilizaban la técnica del grabado en madera y desarrollaron un estilo único con líneas fluidas, perspectivas atrevidas y colores vívidos.
Entre los temas más recurrentes en el ukiyo-e estaban escenas del teatro kabuki,; vistas de paisajes naturales y urbanos; y representaciones de los barrios de placer y entretenimiento, también instantes de la vida cotidiana de las ciudades, especialmente Edo (antiguo nombre de Tokio). Los artistas diseñaban un dibujo a color que luego era tomado por el artista grabador, quien preparaba el tallado del diseño en varias planchas de madera, uno por cada color. Se estampaban manualmente y las reproducciones se distribuían para vender.
A partir de la era Meiji (1868-1912), cuando Japón se abrió al mundo, los grabados ukiyo-e comenzaron a exportarse a Europa. Artistas de vanguardia como como Monet, Degas y Van Gogh quedaron profundamente influenciados por estas obras. Admirados por su composición, uso del color y capacidad de capturar instantes, Incorporaron mucho de estas cualidades a sus propias obras.
Hoy el ukiyo-e es la manifestación artística japonesa más influyente del mundo y La gran ola de Hokusai, es, sin ninguna duda, la obra más famosa del arte oriental.